jueves, 12 de enero de 2012

Desconectada.

¿A que aspirar cuando piensas que no tienes nada?, bueno, más bien cuando sabes que no tienes nada.
¿A ver la vida pasar? ¿A vivirla hasta que el cuerpo dejé de sentir? ¿Llorar?, ¿bailar?, ¿reír?, ¿soñar?... 
Pues si te digo la verdad no soy la persona más adecuada para dar solución o para encontrarla. Aunque parezca cobarde yo me siento a esperar. Esperar que vengan tiempos mejore, que vengan las soluciones o los problema, que dejé la tristeza a un lado y empiece a averiguar la felicidad. No depende de mí ni de nadie. Depende del destino. Porque por más que tu quieras encontrar algo siempre habrá “ese algo” en tu camino para dificultar tu entrada e incluso tu salida. Por eso hago lo que hago, quedarme quietar  y esperar. Porque tarde o temprano vendrá lo que quiero o espero y lo aprovecharé. Porque levantarme y caer, caer y volver a caer y que me duela todo el cuerpo por dentro y por fuera me ha terminado cansando. Llámame cobarde, débil e incluso estúpida, pero hasta que no vea algo al 100 por 100 seguro no voy a lanzarme. Porque bastantes golpes tengo en el cuerpo para que aparezcan 20 más.
Eso no dice que no sienta o deje de sentir algo ahora o dentro de unos año, solo expresa que ya no me lanzo a ciegas, ahora me lanzo con luz, con muchísima luz
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